GARCILASO DE LA VEGA
BIOGRAFÍA
(c. 1501 ó 1503-1536) es uno de los poetas más
destacados y emblemáticos de la literatura española del Renacimiento. Como
capitán militar y poeta, encarnó el ideal del caballero cortesano renacentista.
Nació en Toledo en la cuna de una familia ilustre y se
educó en la Corte. Más adelante sirvió a Carlos I y al Duque de Alba, y fue
nombrado caballero de la Orden de Santiago.
Como hombre atractivo, daba mucho de qué hablar en las
Cortes. Aparte de su matrimonio con Elena de Zúñiga, con quien tuvo cinco
hijos, mantenía una relación platónica e idealizada con Isabel Freyre, una dama
cortesana de origen portugués. Freyre eventualmente se casó con otro y murió
durante el parto. A ella le dedicó la mayoría de sus versos bajo el nombre de
Elisa. Garcilaso murió en batalla en Niza en 1536 con poco más de 33 años de
edad.
Poesía
A diferencia de otros poetas de la época, Garcilaso de la
Vega nunca trató temas patrióticos ni religiosos. El tópico que más le apasionó
fue el amor. Conocía bien la literatura clásica y también la lírica italiana,
especialmente la de Petrarca, quien dejó huellas marcadas en su obra. Esta
influencia se hace evidente en la dedicación de la posía a una dama y en la
idealización del amor, muy característica de la época:
Yo no nací
sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto
tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
(Soneto 2)
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
(Soneto 2)
Otros rasgos renacentistas de su obra son la idealización
de la naturaleza, referencias a la mitología clásica, como en el Soneto XIII:
"A Dafne ya los brazos le crecían", y el tema del carpe diem, como vemos en el famoso Soneto XXIII: "coged de
vuestra alegre primavera / el ducle fruto antes que el tiempo airado / cubra de
nieve la hermosa cumbre".
Empleó el verso endecasílabo, el soneto, la lira, la
silva y el terceto encadenado. Su lenguaje es claro y prefiere el vocabulario
patrimonial (de habla cotidiana) a los cultismos.
Obra
Consiste en 38 sonetos y tres églogas, así como algunas
canciones, espístolas y elegías. Su obra se publicó por primera vez
póstumamente en 1543 en el libro Las obras de Boscán y algunas de
Garcilaso de la Vega, por la viuda de otro gran poeta renacentista y
amigo, Juan Boscán.
LITERATURA PASTORIL:
Centrada en la égloga.
Esta consistía en un diálogo en que diversos pastores idealizados se cuentan
sus amores desafortunados.
Los poetas
renacentistas (Garcilaso) escriben églogas, pero es Sannazaro quien, en su
Arcadia, configuró el género narrativo de tema amoroso y pastores como
protagonistas
Su tema exclusivo el
amor, se trata de pastores idealizados que viven y cantan sus penas de amor en
un maco natural, solidario y acorde con sus sentimientos. Son unos amores
honestos, platónicos con celos, enredos amorosos y conflicto entre parejas
desajustadas, que se resuelven con una reconciliación y con felicidad.
Aunque la novela
pastoril no tuvo más éxito que la novela de caballerías, si es cierto que
introdujo una serie de aspectos novedosos.
En este sentido, dicho
género introdujo otros temas en un mismo
relato. Por tanto el lector podría encontrar que en un mismo libro había
argumentos que iban desde lo pastoril hasta lo caballeresco y de lo morisco
hasta lo fronterizo. De ese modo, este género fue representando una nueva
generación de españoles creativos.
En relación con lo
anterior, la novela pastoril influyó sobre la creación de la novela moderna con
dotes cervantinos. A su vez, la novela pastoril bebe de la égloga donde los
pastores están en un lugar ameno que no precisa de sitio concreto para contar
los hechos amorosos de los que tratan sin que por ello se altere el núcleo de
la narración.
CARACTERISTICAS:
La novela pastoril
refleja la visión idealista y poco realista del Renacimiento y su platonismo.
La temática es siempre
amorosa (amor casto) y ofrece una visión
estática e idealizada de la
naturaleza. La
narración es morosa y lenta. Lo que importa fundamentalmente es el análisis de
los sentimientos y pasiones de los personajes y la descripción del paisaje
natural.
LAS EGLOGAS:
Los personajes que intervienen en las églogas son pastores y el ambiente que los envuelve será, por tanto, bucólico y pastoril |
La égloga es un subgénero de la poesía
lírica que se dialoga a veces como una pequeña pieza teatral en un acto. De
tema amoroso, uno o varios pastores lo desarrollan contándolo en un ambiente
campesino donde la naturaleza es paradisíaca y tiene un gran protagonismo la
música. Como subgénero lírico se desarrolla a veces mediante un monólogo
pastoril o, más frecuentemente, con un diálogo.
La égloga es una composición en la que
el poeta, encarnado en uno o varios pastores, expresa sus sentimientos en un marco idealizado, lleno de belleza y
amor.
Las primeras églogas fueron los Idilios (en griego, "poemitas"
o "pequeños cantos") de Teócrito; luego los escribieron Mosco, Bión
de Esmirna y otros autores bajo su influencia. El escritor latino Virgilio
(siglo I a. C.) con sus Églogas (en griego, "selecciones") o
Bucólicas añadió elementos autobiográficos, haciendo de cada pastor un
personaje imaginario que encubría a un personaje real: Cayo Cilnio Mecenas,
Augusto, etc. Algunas de ellas llegaron a escenificarse en Roma. Otros autores
latinos escribieron también églogas, como Nemesiano, Calpurnio Sículo o
Ausonio.
Esta innovación pasó a la bucólica posterior, de forma que algunas veces
los personajes de las églogas representaban personajes reales. A través de
Giovanni Boccaccio y con el Renacimiento y la Arcadia de Jacopo Sannazaro el
género se volvió a recuperar mezclándose las composiciones en verso en un marco
narrativo en prosa, y se difundió por todo el mundo occidental, bien en verso,
bien como églogas intercaladas en una novela pastoril cualquiera. En la
literatura castellana, escribieron églogas Juan del Encina, Lucas Fernández,
Garcilaso de la Vega, Juan Boscán, Lope de Vega, Pedro Soto de Rojas, Bernardo
de Balbuena y Juan Meléndez Valdés.
LECTURA Y ANÁLISIS DE LAS ÉGLOGAS I Y III:
La obra de Garcilaso supone la creación del lenguaje poético
renacentista, elegante y natural al mismo tiempo.
Estas églogas, junto con el resto de su obra, son consideradas la máxima
expresión del Renacimiento castellano y se convirtió, desde muy pronto, en una
referencia inexcusable para los poetas españoles, que desde entonces no
pudieron ignorar la revolución métrica y estética operada por él en la lírica
española al introducir con Juan Boscán y Diego Hurtado de Mendoza una serie de
estrofas (terceto, soneto, lira, octava real, endecasílabos sueltos, canción en
estancias), el verso endecasílabo y su ritmo tritónico, mucho más flexible que
el rígido y monótono del dodecasílabo, y el repertorio de temas, estructuras y
recursos estilísticos del petrarquismo.
Aquí el lenguaje de Garcilaso es claro y nítido, conforme a los ideales
de su amigo Juan de Valdés: selección, precisión, naturalidad y palabra oral
más que «escrita»; prefiere las palabras usuales y castizas a los cultismos
extraños a la lengua, buscar el equilibrio clásico, la estilización del
nobilitare renacentista de una lengua vulgar y la precisión ante todo. Como
afirma en su Égloga tercera:
Más a las veces son mejor oídos
el puro ingenio y lengua casi muda,
testigos limpios de ánimo inocente,
que la curiosidad del elocuente.
Esto es, es preferible evitar la retórica pomposa y la expresión forzada
y culta para que la poesía pueda aparecer como sincera, genuina y espontánea;
el objetivo de la poesía es ser oído, es la comunicación de los sentimientos,
no el cortesano despertar de admiración.
El estilo de Garcilaso es muy característico: cuida especialmente la
musicalidad del verso mediante el uso de la aliteración y un ritmo en torno a
los tres ejes principales del endecasílabo. Utiliza asiduamente el epíteto con la
intención de crear un mundo idealizado donde los objetos resultan arquetípicos
y estilizados al modo del platonismo. Por otra parte, es muy hábil en la
descripción de lo fugitivo y huidizo; su poesía produce una vívida sensación de
tiempo y se impregna de melancolía por el transcurso de la vida, lo que él
llamó su «dolorido sentir»:
No me podrán quitar el dolorido
sentir, si ya primero
no me quitan el sentido.
El paisaje resulta arcádico, pero instalado rigurosamente en sus predios
de Toledo, al margen del río Tajo. Al igual que la mayoría de la lirica de 2ª
mitad del siglo XVI, sus églogas incorporan temas morales pero se diferencia de
esta corriente al decantarse por tratar temas mitológicos en lugar de religiosos,
como era costumbre en ese entonces: Garcilaso no escribió ni un verso de tema
religioso. La mitología suscitaba en él una gran emoción artística y se
identificaba plenamente con algunos mitos como el de Apolo y Dafne. Como señala
Margot Arce Blanco, una de sus principales estudiosas, sus temas preferidos son
los sentimientos de ausencia, el conflicto entre razón y pasión, el paso del
tiempo y el canto de una naturaleza idílica que sirve de contraste a los
doloridos sentimientos del poeta. Cree en un trasmundo que no es el religioso
cristiano, sino el pagano:
Contigo, mano a mano
busquemos otros prados y otros ríos,
otros valles floridos y sombríos,
donde descanse, y siempre pueda verte
ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte
ÉGLOGA I:
Es la más valorada. Fue escrita en
Nápoles hacia 1534-35 y está dedicada a don Pedro de Toledo, virrey de Nápoles,
que fue protector del poeta. Consta de 421 versos, distribuidos en 30
estancias. Sus temas centrales son el
canto del desengaño y de la muerte. El patetismo y la vehemencia hacen de esta
égloga una de las obras más conmovedoras de Garcilaso. En ella, los pastores
Salicio y Nemoroso expresan sus quejas en una naturaleza dulce y campestre.
Mientras Salicio se lamenta por el menosprecio de su amada Galatea, Nemoroso
llora la muerte de Elisa.
Estructura: Tiene dos partes
principales. Después de la dedicatoria, hay un desdoblamiento del poeta en dos
personajes: el pastor Salicio se lamenta de la inconstancia de Galatea, que lo
ha abandonado por otro. A continuación, el pastor Nemoroso llora la muerte de
Elisa, su amada. (La lamentación de Nemoroso representa la mejor compenetración
de Garcilaso con la poesía petrarquista).Ambos pastores, Salicio y Nemoroso,
representan a Garcilaso en dos diferentes momentos de su pasión amorosa por
Isabel Freire. En este poema, naturaleza y sentimiento individual van al
unísono, pues con el dolor de ambos pastores se altera el curso armonioso de la
naturaleza (simbiosis naturaleza e individuo).La égloga termina con un sentimiento
de tranquila resignación. El poeta ha aprendido a sufrir, a analizar su propio
dolor y a declararlo en una expresión literaria donde lo objetivo y lo
subjetivo se equilibran con rara armonía. Una bella descripción del atardecer,
con influencias de Sannazaro y Virgilio pone fin a la égloga. La Égloga I marca
la cima de la poesía garcilasiana, pues en ninguna otra obra ha llegado el
poeta a tan perfecta unión de sentimiento y forma.
ÉGLOGA III:
Escrita en 1536. Consta de 376 versos,
distribuidos en 47 estancias. Está dedicada a doña María Osorio, esposa de don
Pedro de Toledo. En la paz absoluta del paisaje aparecen cuatro ninfas que
emergen del río Tajo y que bordan historias de amor y muerte. Tres de ellas
tejen tapices con motivos mitológicos y la cuarta una historia contemporánea.
La égloga termina con el canto de dos pastores, es la más corta.
. Filódoce:
teje la historia de Orfeo y Eurídice.
. Dinámene:
teje la historia de Dafne y Apolo.
. Clímene:
teje la historia de Venus y Adonis.
. Nice: teje
la historia de Nemoroso y Elisa. Esta última historia se refiere a la muerte de
Elisa y la pena de Nemoroso.
Pintura al oleo que retrata el mito de Dafne y Apolo, narrado en la égloga III |
Aunque en las cuatro escenas aparece el dolor, la poesía no está
dominada por este sentimiento. Hay un distanciamiento, logrado por las
escenas mitológicas, y la muerte de Elisa es vista por Garcilaso en
perspectiva. El dolor que causa su muerte a Nemoroso pertenece al pasado.
Aquí se ve cómo en Garcilaso la poesía ha llegado a ser un medio para
escapar de la realidad. Todo está situado en la lejanía y envuelto en un halo
poético. El sentimiento personal no tiene ya la intensidad que en la Égloga I y
puede encerrarse en moldes más convencionales.
El tema principal de la Égloga III, pues, es el sufrimiento que causa en
los amantes la muerte de la persona amada. Y en el caso concreto de la historia
de Garcilaso (historia de Nemoroso y Elisa), la pena del poeta, su aceptación
después del tiempo y su liberación.
SONETO
ESTRUCTURA:
El soneto es una composición poética
cuya estructura formal está dada por dos
cuartetos y dos tercetos, posee versos endecasílabos (once sílabas) con una
rima consonante tipo ABBA en los cuartetos y CDE DCE en los tercetos.
Aunque la distribución del contenido del soneto no
es estricta, puede decirse que el primer cuarteto presenta el tema del soneto,
y que el segundo lo amplifica o lo desarrolla. El primer terceto reflexiona
sobre la idea central, o expresa algún sentimiento vinculado con el tema de los
cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o
con un sentimiento profundo, en ambos casos, desatados por los versos
anteriores. De esta manera, el soneto clásico presenta una introducción, un
desarrollo y una conclusión en el último terceto, que de algún modo da sentido
al resto del poema.
El soneto fue mutando a través del tiempo, variando
así su estructura; fue cultivado por diversos y conocidos autores pero el
sonetista más influyente del S.XIX fue el poeta Aretino Petrarca, en cuyo Cancionero el soneto se revela como la estructura más adecuada para la
expresión del sentimiento amoroso.2 A través de la
influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
EL SONETO EN
LA LENGUA CASTELLANA:
Desde Garcilaso hasta el modernismo, el soneto castellano tuvo una estructura fija en
los ocho primeros versos (ABBA:ABBA), y más libre en los seis últimos, con las
combinaciones CDE:CDE, CDE:DCE, CDC:DCD, como las más utilizadas.
El soneto es cultivado principalmente por: Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca, Sor Juana y Cervantes. Este último
utiliza variantes, como el soneto con estrambote o el soneto dialogado. Los temas del
soneto son muy variados, desde el amoroso al satírico, pasando por los morales
y metafísicos. Los autores barrocos juegan con la forma del soneto, pero no lo
alteran en su estructura esencial, que continúa siendo la consagrada por Garcilaso de la Vega y Juan Boscán.
En el período neoclásico decae el uso del soneto.
Tampoco el Romanticismo español le
presta mucha atención. La principal renovación del soneto en castellano se
produce a finales del siglo xix,
con
el triunfo del modernismo donde se utilizó
además las combinaciones ABAB:ABAB y ABBA:CDDC.
EL SONETO DE LA
LENGUA FRANCESA:
Surge en Francia el soneto marótico cuya estructura
es ABBA,ABBA,CCD,EED. El llamado soneto françoiseses se diferencia
del anterior sólo en la rima del último terceto; su estructura es
ABBA,ABBA,CDC,EDE.
EL SONETO EN LA
LENGUA INGLESA:
El soneto inglés tiene como principal representante
a William, es conocido también como “soneto isabelino” por haberse originado
durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, tiene la siguiente estructura: ABAB,CDCD,EFEF,GG,
esto es, se compone de tres serventesios y un
pareado.
Edmund Spenser (1552-1599)
escribió sonetos en verso blanco, es decir, prescindiendo de la rima,
denominado en los países anglófonos spenserian sonnet (soneto
spenseriano).
EL SONETO DE LA LENGUA PORTUGUESA:
Sá de Miranda fue el responsable de la introducción
al portugués del soneto, así como de la canción, la sextina, las composiciones
en tercetos y octavas y el verso decasílabo, tras un viaje a Italia entre 1526
y 1551.
EL SONETO EN LA LENGUA CATALANA:
La estrofa aparece por primera vez escrita
por Pere Torroella (1420-1492) y se difunde ampliamente a lo largo del s. XV. Entre
los siglos XVII al XIX fue utilizado habitualmente, pero lo fueron abandonando
los poetas románticos. Los autores parnasianos y simbolistas lo recuperaron y
con mayor o menor fortuna no ha dejado de ser cultivado hasta nuestros días.
EL SONETO EN LA LENGUA ALEMANA:
Utiliza alejandrinos en lugar de endecasílabos, son
de tipo metafísico y religioso.
VARIANTES:
·
Sonetillo
Soneto XXIII- GARCILASO DE LA VEGA
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Estrofa: Soneto (catorce
versos de once sílabas: dos cuartetos y dos tercetos)
Sílabas: Once en cada
verso
Rima: Rima perfecta con
el esquema ABBA ABBA CDE DCE
En tanto que de rosa y azucena A
se muestra la color en vuestro gesto, B
y que vuestro mirar ardiente, honesto, B
enciende al corazón y lo refrena; A
y en tanto que el cabello, que
en la vena A
del oro se escogió, con vuelo presto, B
por el hermoso cuello blanco, enhiesto, B
el viento mueve, esparce y desordena: A
coged de vuestra alegre primavera C
el dulce fruto, antes que el tiempo
airado D
cubra de nieve la hermosa cumbre; E
marchitará
la rosa el viento helado.
D
Todo lo mudará la edad ligera C
por no hacer mudanza en su costumbre E
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